La Rubia Neurótica es mi persona hecha personaje. A veces, me preguntan si todas las cosas que esta loca suscribe en las líneas de este blog son reales, y, sí, amigos, lo son. Todas y cada una de ellas son las anécdotas más o menos estrambóticas que me suceden a diario. Y creedme cuando os digo que solo os cuento unas pocas. El poco tiempo libre que tengo, sumado a la más y absoluta vergüenza de plasmar aquí TODO lo que me pasa, hace que todas las historias pasen más o menos por el 'filtro neurótico'.
La persona hecha personaje no es otra que Alba Corpas (@albuli), o sea, la que suscribe. Imagino que si indagáis mínimamente por la red, encontraréis bastantes cosas acerca de mí (Google tiene hasta nuestras radiografías). ¿Por qué? Porque firmo muchos de los artículos publicados en dos diarios digitales de Internet. Si a eso le añadimos que he salido en la tele (jamás penséis que seréis capaces de convencerme para mostraros el vídeo), se traduce en que el buscador gigante me tiene súper mega fichada. De todas maneras, estas líneas son las que verdaderamente os valen, así que no os pongáis a investigar demasiado, aunque ya haya hecho que os pique un poco la curiosidad.
Ya hablando en serio, me presento:
Soy Alba Corpas, Corpas de segundo apellido y dando forma a mi nombre artístico (tampoco me vais a convencer de que os diga el primero, aunque muchos de los que me leéis ya lo conozcáis). Aparte de un nombre artístico, tengo una profesión, y ésa es la de 'mujer polifacética'. No es coña. Soy licenciada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, en 2010. A esta primera carrera, tenemos que sumarle Psicología, la cual alegra y jode mis días desde hace ya dos años.
Como nunca supe (y sigo sin saberlo) si el periodismo es lo mío, opté por especializarme en ciertos sectores, así que empecé y ya no paré (como las palomitas, que cuando hacen pop, ya no hay stop). Primero, cursé un máster en Dirección en Publicidad y Relaciones Públicas para, poco después, perder mi tiempo y, sobre todo, mucho dinero en el máster X (no voy a hacerles publi gratuita) de Comunicación y Marketing en moda y belleza. Como no tenía suficiente con todo esto, yo, ingenua del mundo político, creí en las ya famosas palabras de 'Hazte emprendedor' y, con ésas, me subí al carro del sufrimiento empresaril (para todos aquellos que aún os creáis eso de emprender, os lo explico en una palabra: autónomo. Simple y llanamente, con todos los pesares a la psique que conlleva). Así que, desde 2013 y junto a tres compañeras, creamos 'Romance XXI Comunicación', una agencia especializada en servicios integrales de comunicación y marketing digital (¿Veis? A esto sí que le hago publi, que para eso es mío), la cual me da muchos disgustos e infinitas alegrías. Este nuevo camino de mi vida profesional me llevó a especializarme en algo que, por fin, me apasiona (o eso creo. Espero no aburrirme), que es el Marketing Online, lo que me llevó también a hacer un curso de Marketing en Entornos Digitales. Hasta aquí mi labor profesional, porque el tema de chica Zara y otras cuestiones como que las dejamos para otro momento, ¿no?
Y, después de tanto profesionismo, me toca hablar de mi verdadera vocación: la escritura (aunque la odie profundamente cuando mi mente no da más de sí). La verdad es que, para bien o para mal, no suelo tener el mal del escritor (véase horas y horas delante de un papel en blanco y/o pantalla de ordenador sin ideas que plasmar en ellos); de hecho, escribo sin pensar -bueno, ya lo sabéis-, lo que implica que la espontaneidad sea la premisa de mis letras (suena un poco bastante egocéntrico, ¿no?). En estos momentos, me encuentro inmersa en la corrección de mi primera novela que verá la luz en unos meses. ¿El título? Coming soon! Solo os diré que es una historia de la Rubia Neurótica, con sus anécdotas y excentricidades varias, aunque, sí en esta ocasión, es un personaje ficticio.
Y, con esto, creo que lo voy dejando, porque dudo bastante que nadie se vaya a leer el súper parrafón que acabo de soltar. Solo una cosa más: Muchas gracias a cada persona que, mil veces o una sola, haya caído -queriendo o sin querer- en éste, mi pequeño espacio y que haya sonreído/reído/llorado ante cualquiera de mis historias. Para mí, no hay mayor éxito de un escritor que provocar un sentimiento en el lector. De nuevo, muchísimas gracias.
Obras Disponibles
-Me emborrache para olvidarte y ahora te veo doble
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